Resonancias Magnéticas

Compartían incluso las mujeres, así de estrecho era el abrazo de estos hijos del patriarcado. Hasta que mi madre les imprimió un carácter singular que se encarnó al menos dos veces y terminó separándoles.

Carlos interrumpe y comenta:

-Hegel dice, en alguna parte, que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y otra vez, como farsa.

-O tal vez porque ambos: géminis y libra son signos duales, dice Federico, también Carlos.

-Los místicos y los esquizofrénicos navegan las mismas aguas. Los místicos nadan, los esquizofrénicos se ahogan.

-Nosotros los de entonces…

-Ella siempre fue radical.

-La mejor oponente.

-La filiación de un príncipe sirio como él, se establece por las madres; y en lo que a madres respecta, hay alrededor de ese hijo de cochero, recién nacido, toda una pléyade de Julias; y ejerzan o no en el trono, todas esas Julias son meretrices de alto vuelo.

Julia Elisa, conocida como Julieta, murió. Lo que no evitó  la reiteración, con variaciones. María de los Ángeles conocida como July se manifestó del timbo al tambo y mi hermano nació: Con las orejas de lobo feroz de Manuel y la sonrisa bondadosa de Andrés. Al principio las cosas marcharon como ahora las recuerdo, indistinta, alternativa o simultáneamente Manuel y Andrés, felicitaban, regalaban y participaban de las fiestas de rigor. Pero las formas invisibles dieron lugar al rumor según el cual mi hermano Gabriel (Soy hija única con seis hermanos, dos de ellos Carlos, pero eso es harina de otro costal) no es hijo de Manuel, sino de Andrés. Mi abuela me lo advirtió, me encogí de hombros y le dije: Es un Hermoso.

Pero la ciencia avanzó, las pruebas de paternidad se pusieron de moda en las series de televisión y lo sometieron a ellas. El resultado, tampoco me importa.

Sea porque el hombre es como el oso, mientras más feo más Hermoso o porque Andrés finalmente se quedo con su July, ahora alias Palmerita; o porque yo nací en 1966, la paternidad atribuida nunca se me negó.

Pero anoche soñé que soy hija de mi tío Andrés.